Alguna vez te has detenido a pensar ¿Qué hay en tu corazón?
Debemos saber que toda nuestra vida se va desarrollando desde lo que hay en nuestro corazón, ese, es el principio de todo, las decisiones que tomes, la manera en la que piensas, tus emociones, todo florece de ahí…
Así como existen muchas enfermedades y trastornos que pueden afectar el corazón físico, hay muchas dolencias del corazón espiritual que pueden alterar el crecimiento y el desarrollo de los creyentes.
El libro de los Proverbios, capítulo 4, en los versículos del 20 al 27; expresa un consejo y detalla con palabras bastante certeras, escritas por el rey Salomón, que no solo el corazón espiritual puede verse afectado, sino que también se abarcan otras partes de los miembros que conforman el cuerpo del ser humano. Las indicaciones de Salomón así lo reafirman, él menciona nuestros 5 sentidos: la boca, los labios, los ojos, los párpados y por último los pies.
Haciendo referencia a guardar el corazón y, si este es protegido, todo lo demás va andar por sendas rectas, es decir, de esta manera se permanece haciendo la voluntad de Dios Padre y testificando de manera fiel como Dios hace todas las cosas fructíferas, siempre buscando el bien para sus hijos.
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida”
Proverbios 4:23
Este consejo que nos da el rey Salomón es particularmente muy semejante a una de las enseñanzas que el Señor nos expresa en su palabra. Él rechazaba la piedad externa y falsa que los líderes religiosos profesaban.
Te animo a hacer un inventario, busca cuidadosamente dentro de tu corazón, haz tu mayor esfuerzo por liberarte de todo eso que pueda impedir el poner tu corazón en esta carrera que Dios te está llamando a correr.
“Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio”
Mateo.23:26
Comúnmente la tendencia humana es el hacer las cosas de manera personal, no aceptando los límites de Dios y negándose a obedecerle y a reconocer su verdad. Muchas veces se ora o se busca el rostro del Señor sólo después de haber sufrido un fracaso y ¡No debería ser así!
Por eso es necesario someterse con humildad y entender que, Dios es más sabio en medio de cualquier circunstancia.
Sumemos a nuestra vida el hábito de hacernos preguntas que solo Dios puede contestar:
- ¿Cómo debo actuar ante esta situación que estoy pasando?
- ¿Estaré agradando a Dios con esta decisión?
- ¿Qué es lo que me está enseñando?
Nuevamente se nos brinda una instrucción en el libro de Proverbios, la cual es clara y bastante puntual:
“Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal”
Proverbios 3:5-8
El que reconoce a Dios en todos sus caminos, encontrará no únicamente dirección para su vida, sino que también el Señor quitará los obstáculos para emparejar sus caminos.
Cuando haces tú parte, Dios toma las riendas y hace su parte: ¡Él “endereza tus veredas…”!
La fuente de la sabiduría es Dios mismo, debemos confiar en su plan para nosotras.
Existe una vivencia que debería de atrapar nuestra completa atención, esta se trató acerca de Jesús, esa dependencia que él siempre tuvo hacia su Padre ¡Él es Dios! Él no necesitaba ayuda, pero él escogió hacerse completamente dependiente y eso lo hizo para darnos testimonio.
No podemos hacer nada por iniciativa propia, necesitamos depender de nuestro Señor y te aseguro ¡No existe otra manera!
Debemos trazarnos un rumbo
Dios hará tu caminar tan duradero como lo desees. Convertirse en la mujer que siempre has anhelado ser, de adentro hacia fuera, una mujer que agrade a Dios, solo dependerá de ti. Crecerás tanto como lo busques y le ansíes, tú decides en que ración vas a ir creciendo y perseverando para desarrollar una hermosa relación entre Padre e hija.
¿Crees que puedes ser una mujer de Dios? Con la gracia de Dios, su sabiduría y fortaleza sí puedes. ¡El será tu mejor guía!
Cultiva un espíritu de gratitud y confianza
Las bendiciones de Dios se derivan de la obediencia. El apóstol Pablo nos enseña un elemento esencial para guardar el corazón:
” Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”
Filipenses 4:8
Este último consejo es de suma importancia, porque prepara al creyente para tomar sus propias decisiones.
“Ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu”
Efesios 3:16
A estas lindas promesas sigue su consejo cumbre para esta sección:
Necesitas crecer en completa dependencia a Dios, solo él puede y anhela ayudarte a accionar con prudencia y entendimiento estas áreas de tu vida, abandonar hábitos vanos y sin sentido que no producen crecimiento ¡Una flor no puede crecer separada del agua!
La buena noticia es que, si estás en Cristo, estás acogida en él, nada puede separarte de él ¡Y eso es grandioso!
GUARDA TU CORAZÓN
