Durante estos últimos dos años, en mi trabajo he tenido la oportunidad de presenciar las múltiples necesidades que presenta la población de niños, niñas y adolescentes en condición de vulnerabilidad de nuestro país Costa Rica. He visto el dolor frente a mis ojos, al conocer a niños, niñas y adolescentes que han tenido que ser separados de sus contextos familiares por situaciones de abusos y negligencias, sufriendo la privación de sus derechos más básicos y con historias de vida realmente difíciles. Así mismo, veo milagros cada día y logro observar la maravillosa oportunidad que tenemos al alcance de hacer algo al respecto, como hijos de Dios, portadores de su imagen, portadores de esperanza y de fe, siendo parte de la iglesia de Cristo, porque realmente Sí existen muchas formas de cuidar del más necesitado y atender este llamado.
Dios en su Palabra es claro y específico cuando del cuidado al vulnerable se trata, existen más de 49 versículos en toda la Biblia que mencionan la responsabilidad que tiene la iglesia de velar por las poblaciones más vulnerables. Pero hoy quisiera enfocarme en las formas en las que el Señor nos habla e inquieta a alzar la voz en defensa de los huérfanos y comparto con vos los siguientes versículos que me enseñan y confrontan cada día:
Defiendan al débil y al huérfano; hagan justicia al afligido y al menesteroso
Salmo 82:3
Aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, reprendan al opresor, defiendan al huérfano, aboguen por la viuda
Isaías 1:17
Así dice el Señor: ‘Practiquen el derecho y la justicia, y liberen al despojado de manos de su opresor. Tampoco maltraten ni hagan violencia al extranjero, al huérfano o a la viuda, ni derramen sangre inocente en este lugar
Jeremías 22:3
Todos podemos hacer algo
Hay muchas formas de involucrarse para abrazar este llamado, hoy deseo citar algunas e invitarte a tomar acción en tu familia, con tu iglesia local y alzar la voz por los que más lo necesitan:
1. Sé una familia de acogimiento.
El mejor lugar donde un niño, niña y adolescente en vulnerabilidad puede vivir es en una familia. Dios ha destinado que vivamos en familia, es el lugar donde crecemos en todas las áreas, aprendemos valores y principios morales y espirituales, es el primer lugar donde cada niño o niña recibe las enseñanzas fundamentales y formación para la vida, además es el lugar donde nos sentimos seguros, en confianza y protegidos.
Dios nos muestra en su palabra versículos que nos hacen meditar en su interés por la familia:
Dios prepara un hogar para los solitarios; conduce a los cautivos a prosperidad; sólo los rebeldes habitan en una tierra seca
Salmo 68:6
Pero al pobre lo levanta de la miseria y lo pone seguro en alto, y multiplica sus familias como un rebaño
Salmo 197:41
Además, debemos recordar la gran historia de redención que experimentamos a través de la salvación en Cristo, nos miró con amor y nos sacó de nuestro estado más oscuro, vil y solitario, para adoptarnos como sus hijos y hacernos parte de su familia:
Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios
Efesios 2:19
Las familias de acogimiento son una solución temporal que permite a la niñez en riesgo la posibilidad de experimentar por primera vez, en algunos casos, lo que significa vivir inmersos en un ambiente familiar sano que provea protección, afecto, seguridad y cuidados necesarios en el que puede ser el momento más difícil de sus vidas, y sin duda alguna esto marca el corazón de estos niños y adolescentes por el resto de sus vidas.
Las familias de acogimiento se convierten en la respuesta de la iglesia de Cristo para abrir la puerta de su casa y de su corazón a los más vulnerables, presentar el mensaje del evangelio y llevar la Palabra de Dios llena de esperanza a corazones afligidos, ansiosos, temerosos y necesitados.
También existe la posibilidad de ser familia compañera y brindar a apoyo a las familias que se encuentran realizando acogimiento 24/7, recibir a un niño o niña en casa por unas horas, días o semanas y cumplir la maravillosa misión de acompañar en soporte y oración a las familias de acogimiento y los niños, niñas o adolescentes que se encuentran ubicados en sus hogares.
Meditá en estas sencillas preguntas: ¿Podríamos servir a Dios como familia cuidando y velando por los más vulnerables?, ¿Qué puedo hacer para propiciar esta posibilidad en mi hogar o en las familias que conforman mi iglesia local?, ¿Podría junto con mi familia compartir las buenas noticias de salvación a un niño, niña o adolescente en riesgo a través del acogimiento familiar?
2. Doná lo que esté a tu alcance.
Tal vez en este momento la posibilidad de ser una familia de acogimiento o una familia compañera no es la alternativa para tu familia, pero podés dar a otros de lo que el Señor ha proveído para tu vida.
Una de las necesidades más importantes que presentan las alternativas de protección de niños, niñas y adolescentes en vulnerabilidad es proveer y cubrir las atenciones específicas y particulares que poseen los niños y adolescentes que son protegidos, por ejemplo, diversos tipos de terapias, especialidades médicas, ayudas técnicas y servicios de apoyo para niños con discapacidades o enfermedades crónicas, fórmulas especiales para alimento, medicamentos, entre otras más. Ante esto, donaciones en especie o en efectivo siempre serán una forma muy valiosa de velar por el bienestar de ellos y ellas, con el fin de poder ofrecer una atención integral según sus necesidades.
También existe la posibilidad de dedicar tiempo como voluntario o voluntaria en actividades especiales de las organizaciones que trabajan por esta causa, visitar a niños y adolescentes en albergues o instituciones de tu comunidad y llevar las buenas noticias del evangelio, ingresar a un programa de mentores para jóvenes que han sido protegidos por el estado, recaudar fondos o realizar campañas de recolección a favor de la niñez en riesgo, ¡doná lo que esté a su alcance, todos podemos hacer algo!
Como cristianos, podemos experimentar una dicha mayor cuando ponemos nuestra vida, recursos y tiempo a disposición y al servicio de otros, sabiendo que con esto reciben alivio, aliento y ayuda.
Recordemos lo que nos dice la palabra de Dios en Hechos 20:35:
En todo les mostré que así, trabajando, deben ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: “Más bienaventurado es dar que recibir
Hechos 20:35
¡Reflexionemos en esto y gocémonos al tener la posibilidad de dar y despojarnos a favor de las necesidades de otros!
3. Orá por la niñez en vulnerabilidad
Dedicá tiempo para interceder por todos los temas relacionados con la orfandad, esta es una de las formas de involucrarse más importantes y de la cual todos podemos ser parte.
Te comparto esta lista de peticiones y temas que podés incluir en su tiempo de oración individual o congregacional:
- Por los millones de niños, niñas y adolescentes alrededor del mundo y los más de 2800 niños, niñas y adolescentes de Costa Rica que hoy estánviviendo fuera del contexto familiar, en albergues o instituciones.
- Por los colaboradores que trabajan al servicio de la niñez vulnerable.
- Para que las iglesias y cristianos vivan lo que dice Proverbios 31:8: “¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos!”
- Por el Sistema de Protección de la Niñez, por cada institución estatal encargada de velar y defender a nuestros niños y niñas.
- Porque Dios levante familias para el desamparado, que cubran las necesidades físicas, emocionales y espirituales de los niños, niñas y adolescentes.
- Por los padres y madres que atraviesan momentos difíciles y que están considerando el abandono de sus hijos, que Dios utilice a alguien para animarlos, fortalecerlos y encaminarlos, que permita la preservación de la familia.
- Por la salvación de los huérfanos, que tengan la oportunidad de escuchar el mensaje de salvación.
- Por los niños, niñas y adolescentes que han sido declarados adoptables y que esperan por un hogar permanente a través de la adopción, que Dios levante familias adoptivas dispuestas, sanas y con motivaciones adecuadas.
- Por las familias biológicas que han recibido de vuelta en casa a sus hijos e hijas, que Dios los llene de sabiduría, amor y personas claves que los acompañen en su camino y apunten a Cristo, que permita la preservación de la familia.
- Por nosotros mismos, que Dios nos ayude a ser ejemplo del amor de Dios para el huérfano.
Este artículo es una invitación a seguir los pasos de nuestro maestro Jesucristo, quien siendo Dios, no consideró algo a lo cual aferrarse, en cambio renunció a sus privilegios divinos y adoptó la humilde posición de un siervo (Filipenses 2:6-7)
También es un recordatorio a clamar a Dios para que nos ayude a ser ejemplo de Su amor para el huérfano, como está escrito:
Tú, Señor, escuchas la petición de los indefensos, les infundes aliento y atiendes a su clamor. Tú defiendes al huérfano y al oprimido, para que el hombre, hecho de tierra, no siga ya sembrando el terror
Salmo 10:17-18
Hoy en día, cristianos alrededor de todo el mundo se levantan a favor de los niños, niñas y adolescentes que han perdido la protección y el cuidado de una familia. Si estás en Costa Rica y quieres recibir más información del Programa de acogimiento familiar, alternativas de donación o voluntariado al servicio de la niñez en vulnerabilidad, te invito a contactar a Casa Viva Costa Rica a través de su sitio web o redes sociales y enterarte de cómo ser parte.
Todos podemos hacer algo, ¿cuál es tu algo?. ¡Alzá tu voz y defendé la causa!