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Cuando temo, confío en mi Dios

woman leaning on a bench

A lo largo de la vida, enfrentamos situaciones que pueden parecer demasiado abrumadoras. En mi caso, el temor suele llegar cuando creo que todo depende de mí, cuando pienso en escenarios futuros donde algo malo podría ocurrir. También siento miedo a lo desconocido y me angustia la incertidumbre, el no tener el control. Mis miedos revelan incredulidad y desconfianza, por eso cada día me esfuerzo en Su gracia por recordar en quién he creído.

Pero, así como he experimentado todo esto, también he comprobado que cuando me enfoco en mi Dios, mi fe se fortalece, Él me da seguridad y tranquilidad. 

Mi esposo es la persona a quien Dios más ha usado para ayudarme en mi caminar por fe y a sobrellevar la ansiedad. Recuerdo que en una ocasión me dijo: «Siempre encontraremos razones para tener temor, pero en Dios siempre hallaremos más para no temer». Esta frase ha sido muy importante para nosotros. Se la recordé cuando luchaba con temores después de una cirugía que tuvo, y recientemente, debí repetírsela a mi temeroso corazón la noche antes de una cirugía mayor a la que me sometí. Meditar en lo que he conocido sobre Dios me llenó de paz. 

La necesidad de conocerle

«En Ti pondrán su confianza los que conocen Tu nombre, porque Tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan.»

Salmos 9:10 NBLA

Conocer Su nombre es conocer Su carácter. La Biblia muestra decenas de atributos de Dios, estos son tan solo algunos de ellos: Sabio, Amoroso, Cercano, Protector, Fiel, Grande, Soberano, Omnisciente, Justo, Santo, Ayudador y Salvador. Él es absoluta e infinitamente cada atributo. Quien le conoce personalmente, sabe que es confiable.

Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, es común leer sobre distintas personas que afrontaron situaciones que, vistas desde una perspectiva humana, son causantes de gran angustia y temor en las cuales sería común responder evitándolas o decayendo de ánimo. Pero, la gran diferencia estaba en que, desde la perspectiva del Señor, todo iba a estar bien finalmente. Él les decía que no tuvieran temor por la razón más importante de todas, porque Él estaba ahí, porque Él era Su gran e incomparable Dios (Jer 1:8; Jos 1:9).

David luchó con el temor y nos dejó abundante testimonio en los Salmos de cómo volverse a Dios fue la manera de enfrentarlo. Un ejemplo entre muchos lo leemos en Salmos 56:2-3: «Todo el día me persiguen mis adversarios; son muchos los arrogantes que me atacan. Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza(NVI). Y en Salmos 34:4 dice: «Busqué al Señor, y Él me respondió, y me libró de todos mis temores». Él tuvo que buscar refugio físico en una cueva en más de una ocasión, y estando allí, encontró el refugio que tanto necesitaba su alma.

Debemos recordar que: «El carácter de Dios es tan bello y digno de confianza que conocerlo a Él experiencialmente es ser movido a confiar en Él, y así ser salvo por Él» (Biblia de Estudio Herencia Reformada, 2018). Si esto es verdad ¿por qué tememos tanto?.

Buscarle y confiar en Él

Existen muchos mandamientos en los cuales el Señor indica el porqué de lo que ordena. Por ejemplo, cuando nos manda a no temer:

«Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.»

Is 41:10 NVI

En el libro de Isaías, Dios revela al pueblo de Israel una y otra vez quién es Él, les recuerda Sus grandes maravillas, afirma quiénes son, y les llama a confiar con base en todos esos motivos. Es Dios mismo mostrando evidencias de cuán razonable es depositar plenamente la confianza únicamente en Él. Y es así en los demás libros y cartas de la Biblia.

Dios nos ha provisto la revelación suficiente de Su persona para vivir confiadas. No solo muestra Sus atributos, sino Sus obras consistentes con los mismos; traza la hermosa historia de redención, nos muestra a Cristo y su asombroso sacrificio, y nos promete la presencia de su Santo Espíritu morando en nosotras.  

Además, nos dice constantemente: “no temas”, porque somos olvidadizas, propensas a tener miedos y ansiedades. Sabiendo cómo somos, y recordando quién es Dios, debiéramos continuamente −con creciente dependencia− acudir a Él en oración, lectura y meditación de Su palabra. 

No existen “cinco pasos para deshacernos de los miedos para siempre”, al contrario, probablemente la lucha contra el temor continuará toda la vida. La diferencia será si estamos procurando creerle a Dios. Por eso, Su llamado es a dedicarnos a la tarea más importante de todas: conocerle. 

Deseo invitarte a buscar al Señor en oración, confesando tu temor, y pidiendo Su ayuda para conocerle íntimamente y así aumente tu confianza. Si le conocemos y le buscamos, Él nunca nos va a abandonar. Anhelo que podamos vivir confiadas en Su bondad, acudiendo a nuestro lugar seguro, nuestro refugio (Sal 9:9; 34:8), y nuestra paz (Is 26:3).

About Author

Es miembro de la iglesia Gracia Soberana Cartago, y sirve junto a su esposo David en el discipulado del grupo de jóvenes. Es Lcda. en Trabajo Social y Tec. en Administración de Empresas. Actualmente se encuentra cursando el diplomado en Estudios Bíblicos del Instituto Integridad y Sabiduría.