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Instruyendo a los niños en la fe

Comúnmente cuando aprendemos sobre el tema de la enseñanza bíblica de niños, leemos sobre los siguientes versículos:

Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón, y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignia entre tus ojos. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.

Deuteronomio 6:6-9 (LBLA)

Grabad, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, atadas como una señal a vuestra mano, y serán por insignias entre vuestros ojos. Y enseñadas a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientas en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y escríbelas en los postes de tu casa y en tus puertas, para que tus días y los días de tus hijos sean multiplicados en la tierra que el Señor juró dar a tus padres, por todo el tiempo que los cielos permanezcan sobre la tierra. 

Deuteronomio 11:18-21 (LBLA)

Enseña al niño el camino en que debe andar, y aún cuando sea viejo no se apartará de él. 

Proverbios 22:6 (LBLA)

Estos nos hacen ver y reflexionar sobre la responsabilidad tan grande que tenemos delegada y el compromiso que es necesario poseer, para obedecer los mandatos del Padre. Sin embargo, muchas veces como mamás o maestras de Escuela Bíblica Dominical nos podemos cuestionar si las cosas que hacemos son efectivas para transmitir el mensaje del Evangelio a los niños que están a nuestro alrededor.

Luego de realizar un devocional con nuestros hijos o dar una clase de Escuela Bíblica Dominical podemos pensar que fuimos lo suficientemente claras y cumplimos el objetivo, pero, unos minutos después vemos cómo los niños están pecando unos contra otros y nos preguntamos ¿cómo si acabamos de aprender del amor al prójimo ya están atacándose entre sí?, o estuvimos estudiando sobre la obediencia, pero en instantes ya nos están desobedeciendo.

Ahí, en medio de lo que puede iniciar como una frustración, el Señor en su misericordia nos recuerda la importancia de examinar si las clases o devocionales que realizamos está siendo planificados de manera asertiva, y con el compromiso y responsabilidad requeridos. 

  1. La importancia de escuchar
    ¿Qué tan bien conocemos a los niños que atendemos o incluso a nuestros propios hijos?
    Podemos saber sus nombres, gustos, conocer a sus familias o ser parte de ella, pero realmente los conocemos y al “mundo” con que se relacionan.
    Asignar parte del tiempo de la lección o devocional del día para hablar con ellos, que se sientan escuchados, comprendidos, que compartan su día a día, iniciará una conexión que influirá en la manera en cómo los niños perciban lo que se les desea enseñar. Además, nos ayudará a entender mejor su “mundo” y de esta manera comprender lo que ellos dicen y lo que pueden querer expresar. 
  2. Planificación 
    ¿Se les incluye a los niños como parte de la planificación? 
    Tomamos en cuenta sus opiniones, les preguntamos cuáles creen que son sus luchas o pecados con los que más lidiando y de esta manera enfocar las clases bíblicas o devocionales en esa dirección. 
    ¿Dentro de las clases o devocional se les asignan roles? Por ejemplo: se les da participación para que realicen la oración, la lectura de versículos, asistir a las maestras, etc. 
    Esto puede colaborar en que el mensaje que se les desea transmitir queda más claro, ya que al sentirse parte del servicio les motiva su aprendizaje. 
  3. Captar la atención 
    ¿Se incluyen diferentes actividades dentro del tiempo de estudio? 
    Es indispensable para lograr captar la atención de los niños utilizar los distintos métodos de enseñanza-aprendizaje: juegos, videos, dibujos, talleres, tecnología, etc. 
    No todos los niños aprenden de la misma manera, por lo que realizar diferentes actividades tomando en cuenta los variados estilos de aprendizaje colabora en captar la atención de todos los niños y no sólo de algunos.
  4. Oración
    “Pero con frecuencia Él se retiraba a lugares solitarios y oraba” Lucas 5:16
    ¿Cómo está nuestra vida espiritual? 
    Necesitamos en cada momento de nuestro Señor, la oración nos permite recargarnos y recibir dirección del Padre. Jesús mismo hacia esto y nos lo enseña en la Palabra. 
    ¿Tomamos tiempo para poner en manos de Dios la vida de los niños y la nuestra? Así como de las enseñanzas para que sea el Padre glorificado y el mensaje del Evangelio proclamado de manera agradable a Dios. 
    Es fundamental una preparación espiritual para transmitir la Palabra de Dios, para esto es indispensable una comunión privada con nuestro Padre en oración. 

Por último, no podemos olvidar que nuestra meta principal es llevar a los niños a los pies de Cristo, los direccionamos hacia nuestro Señor, pero entendemos que la obra solamente le pertenece a Él y descansamos en esta verdad. 

About Author

No merezco nada. Sin embargo Él me da más de lo que siempre imagino. Mi nombre es Catherine Vargas, tengo 34 años, soy casada y mamá de un hermoso hijo de 10 años llamado Sebastián. Soy Licenciada en Bibliotecología y Licenciada en Docencia. Durante más de 7 años me he formado y trabajado en áreas relacionadas con la enseñanza en niños y jóvenes. Me apasiona el tema de la crianza y enseñar la Palabra a niños para que estos sean guiados desde pequeños a establecer una relación genuina con nuestro Señor. Creo que hay un llamado urgente en considerar la importancia que hay en la niñez, y lo necesario de invertir Vida en ellos desde temprana edad. Actualmente sirvo en mi Iglesia Local como parte del Ministerio de Niños “Discipulitos”. Además de impartir clases de Escuela Dominical, colaboro en el desarrollo de un programa de discipulado para niños basadas en diferentes libros de la biblia. Estoy convencida que servir a Dios, es la mejor decisión que tomo día a día. Es un privilegio poder enseñar la Palabra de Dios a los niños.