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Amando e instruyendo a los adultos mayores en la iglesia local

¿Cómo puedo llevar a cabo el amor bíblico y así instruir a los adultos mayores de mi iglesia local?

Responder a esta pregunta requiere de primero tener presente que para el servicio al Señor debe existir en nuestros corazones ese llamado para invertir vida y amor en ellos, pues es importante recordar que el ocuparnos en reflejar el carácter de Cristo nos dirige a estar atentos a las diferentes necesidades de los demás según las etapas que convergen en la iglesia local, en cuenta a nuestros adultos mayores.

Las Escrituras en 1º de Corintios 13: 1-3, 13, nos exhortan a que sin amor la mayor manifestación de dones, servicio y el mas heroico de los sacrificios no significan nada, concluyendo que el amor es el sumo de la fe y la esperanza. Entonces, teniendo este principio esencial, – ¿Cómo lo llevamos a la práctica? – ten en cuenta lo siguiente:

Hónralos: La Biblia nos enseña en Levítico 19:32: «Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová.»
Esto es fundamental como muestra del amor en Cristo hacia ellos, quienes merecen ser respetados e intencionalmente ser apoyados de muchas maneras, por ejemplo: apóyale en oración, ayúdale a arreglar su jardín o su césped, invítale a compartir un café, dale un obsequio, apóyale con tus ofrendas cuando no tienen cerca a su familia, hazle una llamada. 
Guardemos nuestro corazón de no caer en el menosprecio o en la indiferencia, pues de lo contrario no estamos temiendo al Señor.

Escúchalos: Santiago nos recuerda este principio en nuestras relaciones cuando dijo: «Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar,…» Santiago 1:19.
Disfruta de la compañía, de sus historias, muestra interés a sus inquietudes, medita en sus experiencias y sabiduría adquirida por los años, los cuáles muchos de ellos no han sido en vano. 

Sé paciente: En su carta a los Corintios, Pablo aborda este fruto como el primero de muchos otros referente al amor bíblico: «El amor es sufrido, es benigno;»1º Corintios 13:4(a). Y entendemos que la paciencia se produce como resultado del sufrimiento y de aprender a soportar; del cual creo firmemente que si él lo apuntó al inicio de todos los demás, es porque le era necesario transmitirnos lo que Dios Padre nos quería enseñar de cuando le conocemos y comprendemos su gran amor por nosotros, el mismo amor que operó en Jesucristo por medio del sufrimiento (paciencia) y es entonces donde podremos dar el verdadero amor a nuestros hermanos adultos mayores.
Al igual que nosotros, ellos una vez fueron jóvenes y son un espejo a donde todos iremos, si Dios nos permite llegar ahí. Es por eso, que es vital ser conscientes que tenemos que ir a su ritmo y no ellos a nosotros, ¡espéralos!

Si tenemos estos principios importantes de operar en amor, – ¿Cómo puedo invertir vida y nutrirles en su crecimiento de la fe?

Es necesario que pases tiempo con él o ella para conocer un poco de su historia, pues puede que estés frente a alguien que toda su vida ha sido creyente pero nadie sacó tiempo para instruirle en la Palabra, por lo que continua siendo un bebé espiritual, como también puede que el escenario sea frente a alguien que sepa “mucha biblia”, pero ha vivido en una religiosidad constante; entre otras. Entonces, te diré qué debemos hacer:

  1. Pasa gran tiempo en oración: Esta es la que considero la llave sin lugar a dudas, además de las Escrituras, para que podamos ser dirigidos no en nuestras fuerzas, no en nuestros conocimientos adquiridos, ni por los consejos profesionales recibidos o por toda la doctrina correcta que hayamos obtenido, sino únicamente por Dios, quien conoce las carencias de cada uno, circunstancias y demás, para ser llevados al espejo de su Palabra. Quien nos da la fortaleza para que estemos controlados por el Espíritu y quien nos mantiene en guardia contra toda maquinación del enemigo.
  2. Abre tu corazón tanto para aprender como para enseñar: Aquí es donde debemos cuidarnos para que no se interpongan los celos o el orgullo, cuando ese hombre o mujer mayor tiene al frente a un mentor más joven para enseñarle a crecer en su fe. Cuando instruimos en la Palabra, no se trata de experiencias personales o del conocimiento de vida que se tiene, sino se trata de Dios y de su plan santificador para nuestras vidas, allí está toda la sabiduría, conocimiento y consejo sin importar en qué etapa nos encontremos. El apóstol Pablo le recordó a Timoteo en su carta: -«Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza» 1ª Timoteo 4:12. Hazles saber que tienen rasgos que respetamos y destrezas que nos gustaría aprender, – porque les alimentemos a crecer en la fe, no significa que también no aprendamos de ellos -, pues Dios usará sus formas para mantener nuestros corazones en toda humildad.
  3. Instrúyelos con respeto: Recordemos, ellos no van a nuestro ritmo, sino nosotros al de ellos, por lo que tenemos que disponer de tiempo y dedicación cuando estamos nutriéndoles en la Palabra. El Señor nos da la directriz de no reprenderlos, sino enseñarles con respeto: «No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre;» – y de nuevo – «; a las ancianas, como a madres;» 1ª Timoteo 5:1(a) y 2(a), es decir, Dios nos demanda tratarles con un alto grado de respeto, como a padres, pues en Cristo pertenecemos a la familia de la fe. Y nunca olvidemos esto: ¡es el Señor, quien cambia el corazón y el único que lo hace crecer!
About Author

Vivo en San José Costa Rica, soy soltera y por la gracia de Dios me encuentro sirviendo en el cuidado y apoyo de mis padres adultos mayores, ha sido una etapa hermosa como también dura, pero teniendo presente poder llevar a cabo el ezer de Dios en mi vida. En los propósitos de Dios estaba formar parte de la gran familia en Cristo de mi comunidad Casa Discípulos, donde hace 8 años dio inicio todo un nuevo crecimiento en mi vida para la Gloria de Jesucristo, a través de un discipulado cercano comprendiendo la Vida de Jesús y sus planes para mí. Venía de 19 años de liderazgo, de los cuales una parte de esos años me vi sumida en la religiosidad y activismo, pero que Jesús me restauró y regeneró por Su Gracia, para así poder llevar a cabo el llamado y la belleza de Su Evangelio. En medio de mi bajeza, imperfección, pecado y que no merezco tanto amor, mi mayor gozo es servir al Señor, pues entiendo que es por El y para El. He servido al ministerio de mujeres en sus inicios y en las diferentes áreas de necesidad de mi congregación. Actualmente por su bondad, sirvo en el ministerio de adoración, intercesión y en el de mujeres. Anabel tiene estudios en Administración con énfasis en Mercadeo. Se dedicó especialmente por más de 8 años como ejecutiva de ventas en Contratación Administrativa, trabajando en áreas relacionadas como Supervisora de Cuentas Claves, Mercadeo y Administración, como también por oficio y emprendimiento personal está dedicada a un área de belleza.