“Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”.
Efesios 5:15-16
¿Te sentís productiva cuando tenés una agenda apretada y lográs cumplir todas las tareas? ¿Será eso ser productivas para su gloria?
Como mujeres nos enfrentamos a cumplir un sin número de tareas al día que nos llevan a cuestionarnos si verdaderamente somos productivas, especialmente cuando al terminar la jornada ¡no hemos logrado ni la mitad de lo que pensábamos hacer!
Sin duda alguna, también somos bombardeadas con la información que recibimos constantemente de que debemos ser “multitareas”, que una mujer polifacética y multifuncional es exitosa y siempre podrá alcanzar todo lo que se proponga.
Por eso nuestro deseo de hoy es llevar esto a la luz de la Palabra y ser edificadas con lo que el Señor nos enseña en cuanto a este tema tan importante a considerar al iniciar un año.
La realidad es que como mujeres cristianas, Dios quiere que ordenemos nuestras prioridades, solo de esta forma nuestro estilo de vida podrá darle más gloria al Señor y menos gloria a nosotras mismas.
¿Pero, cuáles son tus prioridades? Recuerdo el pasaje de Lucas 10:38-42, donde Marta lo aprende gracias a las palabras de Jesús:
Mientras iban ellos de camino, Él entró en cierta aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Y ella tenía una hermana que se llamaba María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Pero Marta se preocupaba con todos los preparativos; y acercándose a Él, le dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo el Señor, le dijo: Marta, Marta, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas; pero una sola cosa es necesaria, y María ha escogido la parte buena, la cual no le será quitada.
¿Muestra tu agenda y rutina diaria que estás sentada a los pies del Señor?
Podemos tener una vida llena de compromisos, repleta de actividades y participar activamente en la obra del Señor, sin embargo, esto no necesariamente muestra una vida de devoción a Dios, que busque verdaderamente al Señor, que sea ordenada y haga lo que Dios quiere que hagamos.
Cuando hablamos de productividad que glorifica a Dios, hay alguien más importante que todo lo que hacemos; Dios. Podemos estar afanadas por mostrar públicamente que sí podemos con todo, pero estar descuidando la comunión con Dios, crecer espiritualmente aprendiendo de su palabra, en conclusión, cultivar nuestro “ser” en lo secreto.
De nada nos sirve llenar nuestras agendas y afanarnos por cumplir si nuestro corazón no está comprendiendo esta verdad, necesitamos esforzarnos por hacer lo que Dios quiere que hagamos y la única forma de que esto suceda es permanecer cerca de Jesús (Juan 15:4-5), quien nos dará el dominio propio, la fidelidad y la paciencia que requerimos para ordenar nuestras prioridades, ¡para su gloria!
¡Quiero ser productiva, para su gloria!
Luego de comprender todo lo anterior, podemos adentrarnos más al término de productividad y cómo aplicarlo a nuestras vidas, con el fin de darle la gloria a Dios por medio de ella.
Tim Challies describe la productividad de una forma muy bíblica: “La productividad es administrar efectivamente tus dones, talentos, tiempo, energía y entusiasmo para el bien de los demás y la gloria de Dios”
Dios nos creó y nos puso en este mundo para administrarlo, la Biblia nos dice que fuimos “creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).
Si continuamos en esta tierra, debemos aprovechar nuestro tiempo para hacer discípulos, para ser influencia (como esposas, madres, hijas, estudiantes, siervas, trabajadoras, etc.) haciendo buenas obras y reflejando Su gloria. Ser productivas es cumplir de la mejor manera con todas las cosas que Dios nos ha entregado.
También esto debe mostrarse en todas las áreas de nuestras vidas, no solamente dentro de nuestra iglesia, con toda nuestra vida debemos adorarle siendo productivas con el fin de dar gloria a Dios.
¡Aunque la vida de todas no luzca igual, ser productivas es para todas!
Teniendo nuestras prioridades ordenadas, podemos utilizar una serie de recursos y ejercitar hábitos que nos ayuden a ser productivas, por ejemplo:
- Haz una lista de tareas diarias: esto te llevará a darle prioridad a lo que debés hacer hoy con urgencia y no gastar energía de más en lo que puede definirse como un pendiente para mañana. También ayuda asignar una hora a cada tarea.
- Desecha hábitos improductivos: existen “ladrones de nuestro tiempo”, prácticas que nos desenfocan, distraen y nos hacen no ser buenas administradoras del tiempo, por ejemplo: revisar constantemente las redes sociales, desvelarnos, no preparar un espacio adecuado y sin distracciones para estudiar, trabajar o tener un devocional.
- Planifica: la planificación se realiza con anticipación y cuando lo hacemos somos conscientes de que no podemos hacer todo a la vez y que cada compromiso que adquirimos va a requerir esfuerzo de nuestra parte.
La Biblia nos lo recuerda en Lucas 14:28: “Porque, ¿quién de vosotros, deseando edificar una torre, no se sienta primero y calcula el costo, para ver si tiene lo suficiente para terminarla?”
Así que, cuando tomas tiempo para planificar tu vida, compromisos y prioridades, estás ordenando tus acciones; también estás considerando y dándole valor al tiempo de los demás.
- Examina periódicamente tus hábitos: sin lugar a dudas, debemos permitir que el Señor examine nuestro corazón y nos haga encontrar un balance correcto, entre su soberanía sobre nuestra vida y nuestra responsabilidad con lo que debemos hacer en esta tierra.
¿Cómo luce una mujer productiva para la gloria de Dios?
- Es productiva por amor a Dios y a los otros (Mateo 22:34-40)
- Aprecia lo que el Señor ha puesto en sus manos y lo administra con amor, responsabilidad y agradecimiento (Efesios 2:10)
- Es fiel a su Señor, se esfuerza a pesar del resultado (1 Corintios 15:58)
Recordá que tenemos un Dios que no escatimó a su propio hijo ¿Cómo no nos ayudará para ser productivas conforme a su voluntad?