“Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella”
Proverbios 8:11
Como mujeres que amamos al Señor y buscamos glorificarlo en todas las áreas de nuestras vidas, debemos luchar por conocer más de la verdadera sabiduría, abrazarla, valorarla y ponerla en práctica en todas las áreas en nuestro diario vivir.
Podemos proclamar que la verdadera sabiduría viene de Dios. El origen y la fuente de la verdadera sabiduría está en Dios mismo. Dios da sabiduría (Proverbios 2: 6a) y con sabiduría fundo la tierra y afirmó los cielos (Proverbios 3:19). Nuestra búsqueda de conocimiento comienza con Dios, porque Dios es sabiduría. Solamente en Cristo encontramos la verdadera sabiduría.
La primera mitad de Proverbios 1:7 dice que “el principio de la sabiduría es el temor de Dios” por lo que podemos afirmar que la verdadera sabiduría brota del temor al Señor.
Diversos autores definen la sabiduría como el conocimiento y la habilidad de tomar decisiones correctas en tiempos oportunos. La clave está en saber dónde encontramos este conocimiento y esa habilidad; Herbert Lockyer dice en el diccionario ilustrado de la Biblia que “la sabiduría en el sentido bíblico es la habilidad de juzgar correctamente y de seguir el mejor curso de acción, basado en el conocimiento y la comprensión.”
No existe ninguna sabiduría verdaderamente confiable aparte de Dios. Conocer a Dios y confiar en Él es sabiduría. Colosenses 2:3 nos dice que es en Cristo que están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento.
El libro de Proverbios nos dice que “la mujer que teme al Señor será alabada.” Hoy en día temer al Señor es una visión contra cultural. El temor al Señor se manifiesta en la vida practica a través de nuestra conducta, nuestra obediencia, a través de lo que somos. El temor del Señor viene acompañado de una tremenda bendición; “Los secretos del Señor son para los que le temen” (Salmo 25:14).
Necesitamos la verdadera sabiduría para mantenernos en pie en un mundo caído. Vivimos en un mundo complejo, estamos en la era de la información. Tenemos hoy a nuestra disposición, más conocimientos que ninguna otra época de la historia. Se dice que se ha producido más información en los últimos 30 años que en los cinco mil años anteriores. Estamos en un mundo acelerado. Abunda la astucia, pero la sabiduría es escasa. Nuestra cultura exalta el desenfreno y la ideología feminista. Nuestras vidas están repletas de distracciones, decisiones y dilemas por lo cual necesitamos la verdadera sabiduría.
La sabiduría de Dios nos permite vivir en la luz a pesar de que el mundo está lleno de tinieblas.
Buscar la verdadera sabiduría es un llamado de toda mujer cristiana. La autora Lydia Brownback dice que vivir sabiamente es orientarlo todo lo de nosotras y de nuestras vidas alrededor de Dios en vez de en nosotras mismas. La mujer sabia es humilde y su vida está centrada en Dios y no centrada en sí misma.
A medida que nos orientamos alrededor de Dios, nuestros gustos e intereses cambiarán e iremos aumentando en amar lo que Dios ama y odiar lo que Dios odia. Mary Kassian, autora y conferencista dice que “la mujer sabia encuentra belleza genuina, poder y llenura relacional quitando su vista del mundo, desviando su mirada sobre las perfecciones supremas que se encuentran solamente en Cristo”
Para obtener la sabiduría de Dios, hermana que me lees, no es necesario tener un título universitario ni tampoco ser super dotada. Solamente necesitamos pedírsela a Dios. Santiago 1:5 nos dice que, si estamos faltos de sabiduría, se la pidamos a Dios. Al pedirla debemos hacerlo con fe y si dudar (Santiago 1:6-7).
Y tú ¿Dónde te encuentras? ¿Te identificas como una mujer que teme al Señor? ¿Vives centrada en ti misma o en Dios?
¡Que el Señor llene nuestros corazones de Su temor y que derrame sobre nosotras sabiduría!