Cada vez que pensamos en lo que es ser una mujer femenina, vienen a nuestra mente algunas ideas o características, por ejemplo: coqueta, delicada, vanidosa, etc. Igualmente, si pensamos en lo que son los hombres masculinos pensamos en algunas cosas como fuerte, seguro, protector, etc. Es probable que estas ideas se hayan instaurado en nosotras por la forma en que hemos sido socializadas o en cómo nos criaron, también tiene que ver con nuestra cultura, es decir, son ideas que la sociedad nos ha dado.
Las hijas de Dios deben tener claridad en que la feminidad o la masculinidad vienen de Dios, fue Su idea crear a las mujeres y a los hombres con ciertas características. Si queremos vivir realmente la feminidad que Dios pensó para nosotras, debemos ir al creador de esa feminidad, debemos ir a su palabra y permitirle que nuestros pensamientos sean permeados por lo que él ha dicho que nosotras somos.
Cuando no tenemos claro lo que Dios ha dicho, es posible que nos esforcemos por buscar la feminidad en otras ideas, en otras fuentes. En nuestra sociedad, por ejemplo, hay dos ideas que han sido muy fuertes en cuanto a los roles de las mujeres. Las mujeres que trabajan fuera del hogar y que se han desarrollado profesionalmente, ocupan puestos de liderazgo o tienen sus propias empresas y; las que han decidido quedarse en su casa, cuidar de sus hijos y ser amas de casa. Es interesante porque a las que trabajan fuera del hogar, en ocasiones se les juzga porque eso las hace renunciar a su papel de esposas y madres y, a quienes se quedan en la casa con sus hijos se les señala de que malgastan su potencial. Como resultado de esto, muchas mujeres luchan en contra de su feminidad, unas se esfuerzan por “liberarse” de limitaciones y modelan sus ambiciones y liderazgo buscando igualdad con los hombres, y otras han reducido la feminidad a un papel de madre y esposa.
Ambos puntos de vista, no reflejan el poder y la gloria que Dios ha dado a la feminidad tal como lo muestran las escrituras. Chrystie Cole lo expresa así:
El primero se esfuerza por alcanzar una libertad absoluta, que solo conduce a la tiranía de uno mismo y que lo esclaviza a sus propios deseos. El segundo se esfuerza por tener una claridad y control absolutos, lo que conduce a la justicia propia sin necesidad de confiar en Dios. Al final, todo lo que esto produce son mujeres amargadas, frustradas, cansadas que de alguna manera sienten que nunca dan la talla”
Chrystie Cole
En el Salmo 139 el salmista habla que, desde su concepción, en el vientre de su madre, ya Dios había pensado en él. Nada había sido oculto para su Creador desde el inicio de su vida, y lo mismo ocurre con nosotras. Nada fue oculto para Dios en nuestra creación y diseño. Él pensó en ti como una mujer, decidió poner SU feminidad en ti y, cuando nos atrevemos a vivirla tal como Él lo ha diseñado, podemos ser totalmente plenas.
Muchas mujeres se esfuerzan por insistir en las comparaciones entre hombres y mujeres sin tener claridad que, por el contrario, Dios nos ha dado “Indicadores de igualdad” en su creación del hombre y la mujer. Génesis 1: 26-31 nos habla de ellos:
- Ambos fueron creados para la Gloria de Dios. (1:26)
- Ambos fueron creados por la mano de Dios (1:27)
- Ambos fueron creados a la imagen de Dios (1:26-27)
- Ambos fueron hechos a semejanza de Dios (1:26)
- Ambos fueron bendecidos por Dios (1:28)
- A ambos se les encomendó que se fructificaran y se multiplicaran (1:28)
- A ambos se les dio dominio sobre la tierra (1:26-28)
- Ambos son receptores de la provisión de Dios (1:29)
- Ambos tienen una relación personal con Dios (1:28, 3:8, 8:13)
Mary A. Kassian y Nancy Leigh Demoss en su libro Diseño Divino hablan del diseño de Dios para la feminidad y dicen lo siguiente:
La feminidad es obra de la mano de Dios
- El diseño de Dios para la feminidad es grandioso
- El diseño de Dios para la feminidad es espléndido y majestuoso
- El diseño de Dios para la feminidad es fiel y justo
- El diseño de Dios para la feminidad es notable
- El diseño de Dios para la feminidad es maravilloso
- El diseño de Dios para la feminidad es sabio
- El diseño de Dios para la feminidad es deleitoso
- El diseño de Dios para la feminidad es magnífico
- El diseño de Dios para la feminidad es profundo
Si en algún momento has dudado de tu feminidad o, has únicamente seguido los indicadores del mundo, hoy puedes descansar en que la feminidad fue algo planificado y diseñado por Dios desde tu concepción y, en Él puedes vivirla en libertad y verdad.