Para comprender a qué nos referimos a las perspectivas de la feminidad bíblica, es necesario ir a la esencia, al principio de la Creación, y así entender por qué el Señor le dijo al hombre en Génesis 2:18 «No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea para él». Nota que dice, «ayuda idónea para él», Dios no se refirió de la siguiente manera: le haré una compañía, le haré una mujer (aunque de hecho hizo una mujer), no, sino que dijo: …ayuda idónea para él.
¿Entonces qué significa ayuda idónea o como algunas traducciones dicen, ayuda adecuada?
En el hebreo original se le otorga a Ayuda Idónea las palabras ezer kenegdo. A pesar de que estas palabras se traducen a su equivalente en español, pierden ese significado categórico que tienen en hebreo. Ezer significa uno que ayuda, que aporta aquello que le falta al otro, que le ayuda al otro para cumplir con una tarea; es decir, tiene la connotación de una fuerza inseparable. La palabra Kenegdo significa corresponder a. Por lo que juntas, ezer kenegdo significa contraparte esencial o fuerza correspondiente.
Como dijimos al inicio, esto se deriva desde la creación, en los dos primeros capítulos de Génesis se nos revela que Dios creó al hombre y a la mujer a Su imagen, varón y hembra, iguales pero diferentes; representan la gloria de Dios de manera única y Dios es el Único que establece nuestras identidades.
Ahora sí teniendo esta premisa, ¿cómo me transformo en una EZER?
Para responder a esto, es necesario ilustrar un triángulo que nos va ayudar a concretar nuestro llamado de Feminidad Bíblica.
Veamos y profundicemos cómo estos tres puntos nos llevan a cumplir el Ezer de Dios en nuestra vida:
Llamado: Estamos llamadas a reflejar la naturaleza Ezer de Dios en nuestro diario vivir, entiéndase llamadas a reflejar sabiduría, amor, justicia, santidad, capacidad para pensar, entre otras cualidades de la naturaleza de Dios, pero también a poder reflejar ciertas características de Su personalidad, como: el ser relacionales, sensibles, entre muchas otras.
Sin embargo, la manera en que cada una vive su llamado será distinta de la otra, porque cada mujer es única y diferente.
Aquí es cuando la feminidad tiene todo que ver con Dios y su plan original, y no con nosotras mismas.
Etapa: Nos referimos a los roles, la edad, las circunstancias o las relaciones en un momento específico.
Las etapas cambian y, por tanto, pueden traer nuevos roles, circunstancias, prioridades y necesidades, como también en cualquier periodo determinado del tiempo, podemos estar solteras, ser esposas, madres, empleadas, estudiantes, etc. Pero es aquí donde las nuevas etapas nos ofrecen la esperanza de innumerables oportunidades para cambiar y mejorar; y si le permitimos a Dios que controle nuestras etapas, Él nos enseñará a ser esas amigas, madres, hijas, mujeres ejemplares, que entienden que nada ocurre por inercia, sino cultivando día a día Sus enseñanzas en nuestras vidas.
Individualidad: Es en realidad tu «Yo». Que incluye tus talentos, pasiones, intereses, personalidad, conocimientos, pecados, heridas, fortalezas y debilidades. Y al igual que la etapa, también cambia en la medida en que tú envejeces y maduras.
¿Qué significa todo esto y por qué es importante?
Amada amiga y hermana, sólo Dios es el que nos capacita para llevar a cabo el Ezer en nosotras.
Mi feminidad bíblica no la define una etapa, tampoco lo define mi individualidad, mucho menos se basa por estereotipos legalistas, personales o del mundo; por ejemplo: si a una niña le gusta jugar béisbol y a otra le gusta tejer, no quiere decir que tiene problemas de feminidad; o aconsejar a una joven soltera que no pierda su tiempo en equis don o talento porque no le va a servir para un futuro matrimonio; jamás querida amiga, Dios es soberano y Él tiene un plan trazado para nosotras.
También me es necesario decir que, la feminidad bíblica no se trata de igualarse de forma solapada al hombre, porque entendemos nuestro Ezer.
Necesitamos vivir responsables, gozosas y completas en Él, en medio de nuestra etapa y de nuestra individualidad, pues cuando entiendo mi llamado, no voy a vivir amargada en ninguna de ellas, sino que voy a vivirlas de manera que glorifiquen a Dios.
Comprenderé que la feminidad bíblica no se acomoda a mí, sino yo quien se ajusta a ella, pues de lo contrario viviré la “feminidad bíblica” llena de legalismos o en el error del libertinaje, abriendo puertas al pecado y a principios feministas.
Tendré claro que, mi feminidad no la viviré victimizándome, sobredimensionando o desestimando una etapa de la otra, porque son etapas donde estoy ejerciendo mi individualidad, llevando a cabo el Ezer de Dios en mi vida con un corazón íntegro y motivación correcta. Ninguna en su etapa es mejor que la otra, es decir, no es más súper mujer aquella casada que la soltera o, la que tiene hijos de la que no tiene, pues si entendemos que necesitamos reflejar el Ezer de Dios, lo haré en humildad y en amor en cada una de ellas.
Tenemos unos ejemplos bíblicos que nos muestran mujeres que, llevaron a cabo su Ezer en medio de su etapa y su individualidad tales como:
Ana, profetisa y viuda que sirvió en el templo durante la mayor parte de su vida (Lucas 2:36-38)
Lidia, mujer de negocios, una comerciante que vendía sus mercancías en el mercado (Hechos 16:14), pero que adoraba a Dios.
Débora, era jueza y profetisa (Jueces 4:4) temerosa de Dios y llena de sabiduría, que impulsó el liderazgo del hombre.
María, la madre de Jesús, era una joven novia y madre a la vez (Mateo 1:18).
¿Cómo cultivo estas perspectivas de la Feminidad bíblica?
- 1. Sé intencional: Día tras día determina elegir el diseño de Dios para ti, agradarle a Él y vivir para Su gloria.
- 2. Estudia la Palabra: No hay mejores pasos para cultivar la feminidad que seguir las pautas que El Señor nos dejó en Su palabra. … a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. Tito 2:4-5.
- 3. Expresa de forma correcta tu feminidad:
a) Siendo Ayuda Idónea (es decir, una Ezer en cada etapa de tu vida),
b) Vivir Inteligentemente el Sometimiento: El principio de Dios para los hombres es que muestren un liderazgo piadoso y que, nosotras respondamos con una sumisión gozosa e inteligente.
c) Impulsando la Masculinidad bíblica: Las casadas están llamadas a ayudar a sus maridos a ser lo mejor que puedan ser y, a las solteras determinarnos a no dejarnos influenciar de la cosmovisión del mundo, sino usar los dones, habilidades y profesiones en humildad, reconociendo que también necesitamos de ellos como padres, hermanos, amigos, hijos; porque ese es el diseño de Dios como parte del cuerpo de Cristo, y no siendo mujeres aisladas o sumisas solo entre nosotras.
d) Con tu forma de vestir: así es, aunque no nos guste que se nos mencione este punto, necesitamos recordar lo que dice 1Timoteo 2:9-10. Esta es una de las formas de expresar nuestra feminidad de manera trascendental, pues con ella enviamos un mensaje acerca de nuestro corazón, nuestros valores y aquello que creemos. Recuerda, somos únicas y diferentes, no estamos llamadas a igualarnos a los estándares del mundo, sino abrazar el diseño de Dios para nosotras.
¡Te animo a que seamos mujeres que llevemos resueltamente el Ezer de Dios en nuestras vidas!